Querida Virgen María, querida Mamita linda, a tus pies, contemplando tus bonitos ojos que transparentan a Dios, acudimos a ti llenos de confianza.
Tu eres madre de todos, justos y pecadores. Por eso, imploramos tu protección y te ofrecemos nuestras buenas obras, nuestro rechazo a la maldad y a la discriminación.
Quédate con nosotros, quédate en nuestro corazón. ¡Bendícenos Madre del Amor Hermoso, como sólo una madre lo sabe hacer!
Te dejamos a tus pies una bella flor, nuestra oración y nuestro corazón.